Latino

La luz, el amor

La luz es tan ahora como nunca,

tan presente, tan cercana, tan mía,

como un verano con el sol dilatado en el centro

que me llueve de rayos la cabeza.

 

La luz ya no es enjuta como era

por entre las rendijas de la caverna

o en el difuso espejo platónico.

Se esponja como una bombonera

gigante de dulces amarillos, amarillos,

y se vuelca en chorro de destellos

entibiándome la cara, las manos, los sueños, la inspiración...

 

Soy dichoso y agorofílico de la luz.

 

Me propongo redimido del aguacero de tinieblas

del invierno de noches superpuestas

del encierro en el cuarto de la ignorancia;

salido de la inconsciencia

del decir a oscuras con palabra desconocida

del vocear en el camino sin visión ni propósito.

 

Ayer me dolía la oscuridad…

 

Hoy la luz es palpable a mis sentidos:

la escucho galopar hacia mis ojos

la veo silbar hacia mis manos

la toco en su vuelo a mi nariz;

huele a senderos en mi lengua

y sabe a felicidad en mis oídos.

 

Soy dichoso y amante

de los bombones inspiradores de la luz…