shadday acosta

En la remembranza aun esta tu sombra.

Mientras reconocía tu piel en aquella noche,  el aire golpeaba el fulgor de aquellos gemidos que difuminaban el aura en retrato infinito, tu voz fija en un crepúsculo, el pasado visible desvaneció igual a una obsesión.

 

Los astros a sus estrellas daban brillo igual que un meteorito cuando su fuerza irrumpe la tranquilidad, mi pasión era inmensa, la distancia calentaba mi sangre,  desvaneciendo mi piel en el alba de la noche.

 

 De nuevo la Ilusión me quema en el inverso del pasado desenfrenado, que a su regreso  temprano, el futuro clavo en un tempano callado, sometido en el presente de aquella respuesta que siempre había flotado

 

Le temí a las preguntas ya que son incertidumbres que no tienen signo de pregunta, solo una respuesta que definirá la puntada que dará inicio al vórtice donde tal vez se entrelazaran nuevos hilos.

 

 

Las saetas caminaban en el ocaso, acariciando cada punzada que tu cuerpo tejió con aquella ilusión, que grita en la quimera de tus besos, en aquella enredadera subterránea que nos guardara el secreto.