Dorril

La tierra de las personalidades.

Tengo en la tina de mis manos las voces mudas,

unas lloran, 

otras rien,

algunas se esconden,

todas en el jardín de los días,

callan, gritan y festejan.

 

Alrededor de mis hombros,

demonios que desnudan mis máscaras,

buscando la sangre y carne de los locos,

demonios en mi ser que no me pertenecen.

 

Murmurando enormes canciones y aromas de locura,

cabezas de música que viven en la mía.

 

Ahí muy dentro de los sueños nacen flores exóticas,

donde bailan el relámpago y la noche,

las fuentes ronronean retorcidas de placer,

abren puertas y ventanas ignoradas,

donde entran los perros y los cielos,

el fuego gruñe sobre velas silenciosas mas fuerte que nunca,

ún péndulo cabecea detrás de las nubes día a día,

las mariposas cargan de reflexiones y frágiles lágrimas,

las raices en tus manos son de lluvia, 

y sus gotas riegan las preguntas,

preguntas que desean respuestas embusteras,

y crecen árboles maculados en las agujeradas memorias,

cartas escritas en los pilares de neblina,

corren como enanos locos vestidos de color,

riendo sus cabellos de música,

un circo bajo sus brazos,

donde el poeta muere y nace la poesía.