Clavelina

¿Amor mío?

¿Te has enamorado, amor mío?

¿Has encontrado la mano

que se acopla perfectamente

a las líneas de la tuya,

a sus relieves y su historia?

Por eso no quiero que amanezca:

aún no he sido quien he querido.

Mis deseos siguen blancos

y mis sueños yacen negros.

 

¿Por qué amas solo, amor mío?

No nacerán nunca las letras

que entreguen todo de mí.

No soy tierra favorable;

baldío este corazón

infértil para el cariño.

Incapaz, en el tiempo,

de mantener los milagros

aunque éstos sólo sean

ya mentiras, ya pecados.

 

¿Para qué me amas, amor mío?

Cuando me aparto y congelo,

no entiendes que la apariencia

te grita cuánto estoy retrocediendo.

“Está quemando su herejía,

está extinguiendo su amor”.

Escucha bien el suspiro

de mi fuerza y mis escudos:

no sé darme por completo

ni confiar en tu ilusión.

 

¿Te he decepcionado, amor mío?

Es difícil contar realidades

por la costumbre de adornar

con palabras y caricias,

con belleza de cristal.

Mejor no vuelvas, mi gran cariño,

los engaños no cederán.

¿Qué decir en mi defensa?

Como tú amas, yo ya no sé amar.