Alrededor de la ventana crecen violetas luminosas,
Entre ellas hay hermosas y lilas rosas,
Se escucha, en nuestra alcoba, una romántica melodía,
Estamos acostados mientras nace el día.
Caminando lentamente el sol por la pradera,
Iluminando con su luz esta mañana de primavera,
Se despide la noche, se despide la luna,
Que siempre llega cada noche con su luz amorosa y oportuna.
Los primeros rayos son luces tenues e inciertas,
Abrazada a mí poco a poco despiertas,
Estas hermosa y despeinada, me besas discreta,
Nos unimos en un beso romántico y bello con nuestras bocas inquietas.
Siempre deseosas de amarse y dejarse llevar por la corriente,
Con la que nos arrastra nuestro amor sin avisar, de repente,
Cada día estás más hermosa y más bonita,
Se refleja la luz en tus ojos hermosos ésta mañanita.
Todavía impregnados con la luz de la luna,
Donde se van a esconder, en tu mirada las estrellas una a una,
Un amor en que nuestras almas se aman sencillas,
Donde cada momento que vivimos es una maravilla.
“Nuestro amor crece y no sentimos los días, tardes, meses y años, donde solo veo tus bellos ojos y beso tus rizos castaños, donde sólo para ti nacen blancas rosas, en el que importas sólo tú, ninguna otra cosa.”