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A veces…

I. Obsesión

A veces quisiera dejar de escribir de ti, pero dime cómo hago, si cada vez que te posas en mí pensamientos, nublan mi juicio sin compasión.

II. Taquicardia

Olvida el sentido de esta obsesión, que mi corazón enloquece sin razón, casi sin pulso, casi sin canción.

III. Musa inspiradora

La mujer, de por sí, es bella, única e inteligente, la criatura más esencial de la tierra. Tú, simplemente, eres el ser que sacia mi sed ardiente, y reverdeces mi alma con tu presencia.

IV. Espejismos del amor

En ocasiones pienso, sí, mis ojos de loco enamorado me están traicionando, creando espejismos, pero al verte, yo mismo obtengo la respuesta sin rodeos. No puedo ante tanta singularidad, tantos misterios.

V. Cabello y mirada profunda

Y es que tu cabello y esa mirada tan profunda, que casi nunca se deja ver, confieso que han silenciado mis ideas, y solo apareces tú en medio de la nada, sin ser.

VI. El puente intransitable

Durante algunos años he tratado de caminar en ese puente intransitable que divide los límites y el eterno infinito, y cada vez que lo intento me encuentro contigo.

VII. El muro del amor

Contigo, y ese muro de fuerte metal que se llama amor, que me frena ante mis tantos intentos. Si tan solo vieras cómo sonrió cuando letra a letra te escribo, verso a verso.

VIII. Loco por tu singularidad

Créeme, ya me has llamado loco, y te digo, ¡lo estoy! He quedado loco por tu singularidad.

IX. Suspiros y versos

Seguiré sembrando en el aire mis palabras escritas, quizás algún día puedas suspirarlas, quizás te puedas dar cuenta que más allá de lo que yo siento, tú eres mi mejor verdad y mi gran inspiración.

X. Belleza única

Se sabe bien, mujeres tan bellas, muchas. Mujer como tú, solo una.

XI. Plegaria a la musa

Te pido una cosa: no divagues mucho, mi cuaderno de notas se queda sin hojas. Y créeme, Vida Mía… moriría sin ti, pero sin plasmarte en estas hojas, bajo este grafito intenso.

XII. Inspiración eterna

Mi musa, mi diosa, mi norte y mi universo, que cada verso que brote de mi ser sea un reflejo de tu alma sin igual, y que mi amor por ti sea eterno, como la tinta que mancha este papel.

JTA.