Patricia Aznar Laffont

Érase que era esa tal Patricia -(Capítulo final)

Pinceladas de los tiempos y la pasa de uva arrugada que inmóvil musita aquellos recuerdos duros y que ya fueron: la niña calva, la niña asmática, la niña marginada, las horas en el umbral de la casa en pleno invierno para que la jovencita sufriera mucho más a pesar de ese asma que la llevaba a carpas de oxígeno; y el inolvidable Dr. Asla Moreno, un médico de los de antes, muy admirado quien le gritó a la madre de esa Patri: -¡Su hija tiene marasmo! Ud. es una h de p!. Y la cara impávida de la madre francesa que jamás pensó en ese tipo de reacción en un médico tan prestigioso.

Pero siempre existen dos caras: la oscura y la más brillante y clara. Esa Patricia ya joven NO era la misma de antes, le prohibió a su padre poner el cuerpo para defenderla de los ataques de furia de su madre. A los 21 años y próxima a casarse, fue el cambio más drástico que se pudiere imaginar.

Patricia al volver a las 2 am por haber cenado con su novio y al ver a su madre esperándola con ese trapo sucio y bien mojado para que el golpe-látigo doliera más, enarboló lo que fuese y estuviera cerquita y le gritó con el sarcasmo más sarcástico que pudiere ser- Vamos, animate a pegarme otra vez que te parto la cabeza con este palo de amasar! Y la madre quedó dura. Nunca más se atrevió con ella. 

Quizás fue que su papi adorado le había comprado tantos libros para hacerla bien fuerte: El Príncipe de Maquiavelo, Estoicos, Séneca, Marco Aurelio y tantísimos más y fue su efecto y la propia causa.

Y cuando osaban tomarla de oyente de las desgracias familiares:- Somos así porque nuestro padre era un psicópata que abusaba de nosotros-  esta mujer ya no callaba: - Contáselo a tu hijo, tía, que a mí me hace mal! Au revoir conmigo YA! A otra cosa dedicate que yo estoy muy ocupada. Buscate otro punto, este ya no está disponible y sin querés ofenderte asunto tuyo ni ahí mío.

Cuando llegó el destierro de su propia casa  que había construido dándole entero sus tres sueldos a su marido, otra catástrofe sucedió. Patricia ya tampoco quería vivir sin familia, sin sus hijos y quería nuevamente desaparecer de la faz de la tierra, pero lo pensó mejor y recurrió a una psiquiatra de esas que en 15 minutos te sacan la guita y te ponen la peor etiqueta que existe para que vuelvas y te afanen más dinero: Sos Bipolar.

Dos palabras, ninguna pregunta y que pase el siguiente paciente. A esa Patricia no le cuadraba ni ahí lo que esa \"¿Profesional?\" le decía, sabía que era una depresión reactiva por haberlo perdido todo, pero repitió tontamente ese presunto \"diagnóstico\". Fue otra de las cosas que  peor que hizo en su vida.

De pronto se encontró maniatados pies y manos y con chaleco de fuerza en una ambulancia psiquiátrica e internada por la fuerza en un nosocomio psiquiátrico. Fue duchada con manguerazos de agua helada por ser peligrosa para sí misma. Encerrada por tres días en un lugar especial donde vio las peores cosas. Le sacaron todo, el reloj, el celular, los tacos, el maquillaje ¡TODO!

Fue en 2006 y ya su papá había muerto pero su sabiduría vivía dentro de ella. \"Podés estar en una cárcel, en soledad y en la isla más remota pero la LIBERTAD jamás se pierde si así lo querés\" y también el conocido: \"Esto también pasará\". Y el viejo tenía razón: pasó y las pequeñita indefensa se convirtió por tan grandes maestros en Robocop o lo que quiera el lector.

Pidió un lápiz y unas hojas y en 10 días escribió su primer libro de poesías: El Hueco, escrito en el manicomio.

Luego salió y siguió un tiempito jugando a los novios: un francés (AY! los franceses!) conocido en París que le compró todos sus cuadros y la llevó a su Castillo en Blois llamado Villetard, con él recorrió tres cuartas partes del mundo: España, Francia, Italia, Grecia, Ucrania, Hong Kong, Rusia, Estambul, Australia, Galápagos... más. Pero entendió y que le sirva al lector que no es viajar y ser feliz, porque cuando el Infierno está con vos, lo llevas a todas partes.

Luego eligió a uno que parecía que se adecuaba a su singular vida.

Otro error: un violento psicológico con un par de hijas cuervos; y el último y es casi el final: un alcohólico, bastante amarrete pero que le dijo la palabra \"Hogar\". ¿Ella? volver a tener un hogar? SII! Fueron los  6 años  de las más horripilantes vivencias, borracho desde las 6 am hasta las 12 pm y que por gracias a dios se FUE y el milagro de la libre libertad sucedió.

Final: aunque su padre le inculcó la humildad y jamás lo dijo siguió estudiando y estudiando, Directora de Escuela a los 32 años y siguió estudiando ahora sí en la UBA, tiene tres títulos universitarios suma cum lauden en Artes, Filosofía y Literatura Universal. Es Psicóloga Social, Cosmetóloga y Maquilladora profesional egresada del Teatro Colón de Buenos Aires.

Más, para que esa Omaris linda no se deprima: esa Patricia  que decían que no podía cantar y que ama la música y sin ella no vive, fue descubierta por la Directora de Orquesta Sandra Pianigiani : esa Patri es la soprano más ligera de las ligeras y cantó hasta la Reina de la Noche con su único La sobreagudo y el color único de su voz, en varios teatros y con su coro el Magnificat de Bach y el Gloria de Vivaldi en el Teatro Colón,  aunque le encanta el Carmina Burana de Karl Off.

Así recorrió medio Latinoamérica con el Coro de Música Sacra de la Manzana de las Luces. 

Y el diagnóstico espúreo de bipolar peligrosa para sí, jamás se lo creyó ni lo cree.

Alma con alma, vida con vida, la escritora omnisciente y Patricia.. aún miran de reojo esa puerta blindada-símbolo, que trajo de Estados Unidos...

Uhmmmmm...!!!  La interpretación queda a criterio del lector.

( Mi alter ego y yo, Patricia)