ALEXANDER JOSÉ VILLARROEL SALAZAR

MI ABUELO

Medio siglo de amor a otros

dio mi abuelo al existir

Cuidó muy bien de nosotros

y nos ensenó a vivir

 

Hace unos  años se fué,

pero aún sigue muy presente

Con el aprendí de fe

y a ser un hombre valiente.

 

Medio siglo él trabajó

y sin quejarse jamás

Y un gran ejemplo dejó

siendo un hombre muy tenaz

Y fue modelo de cariño

y también de seriedad

Que nos amó siendo niños,

con respeto y con verdad.

 

Por eso recuerdo a ese padre

que fue bueno y ejemplar

Quien junto a una gran madre

lo mejor nos supo dar

Nos dejó buenos valores

y fue fuerte hasta el final

Y se merece hoy honores,

pues fue un hombre muy especial.

 

Recuerdo que cada día

me daba muy bellas lecciones

Y que con él yo aprendía

de muchas definiciones.

 

El era un señor muy sabio

que tenía buen entendimiento

Y verdad había en sus labios

a toda hora y momento

Y muchos a él lo tildaban

de tener muy mal humor

Pero no se percataban

que tenía un inmenso honor.

 

Y valoraba a la gente

que solía actuar muy correcto

Pero a la gente indecente

le sacaba sus defectos.

 

Como recuerdo a mi viejo,

porque me amó de verdad

Que me dió grandes consejos

y formó mi humanidad.

 

Quisiera tenerlo ahora,

más Dios ya se lo llevó

Pero mi alma lo añora

por lo hermoso que me dió.

 

Muchas veces en sus piernas

me dormía sobre el

Me daba su mirada tierna

y un amor muy puro y fiel.

 

El sabía jugar conmigo

y hacerme a mi sonreír

Más que un padre fue mi amigo

y mi ejemplo que seguir.

 

Recuerdo sus bendiciones

que me daban su protección

Y hoy extraño por montones

su entrega de corazón.

 

Medio siglo de amor a otros

nos dio mi abuelo esa vez

Y el supo ser con nosotros

serio y con gran sencillez.

 

Siempre fue un hombre honesto

}en su forma de proceder

Y por eso hoy manifiesto

que siempre lo voy a querer.

 

Su ejemplo está presente

en mi vida y en mi actuar

Sus palabras en mi mente

siempre las suelo llevar

Porque el supo brindarme

a tiempo una educación

Y se encargó de formarme

mi alma y mi corazón.

 

Mi abuelo fue muy singular

y de muy buena actuación

Y el a mi me supo amar

con cariño y dedicación.

 

Era un hombre inteligente,

sabio, bueno y comprensivo

Que me enseñó a ser prudente

y a ser siempre positivo.

 

La huella que en mi ha dejado

será una marca imborrable

Y aunque hoy no está mi lado

siempre va a ser admirable.