Jorge de Jesús Fuentes Davison

Aspiración

Soy pecador. . .  ¡Soy nada!, pero aspiro
a unirme a ti, contrito y humillado.                             Jamás me retraerá ningún pecado,
de aspirar a tu pecho y tu respiro.

Yo mismo, en mi interior, me lo reprendo;
me auguro no escapar más de tu ira: 
más, tú dentro de mí, gritas: “¡Aspira! 
¡Aspira a unirte a mí!”. . .  No lo comprendo. 

¿Quién puede comprender tanta insistencia?
¿Quién, tan dilecto amor?. . . Nadie, yo pienso. 
¡Señor.! . . . Aunque en verdad sigo atenido, 

a tu misericordia y tu paciencia:
¡haz mi deseo de ti, constante, inmenso, 
hasta que cese mi último latido!