Carlos Justino Caballero

SEGUIR DE NIÑO

Sabía de esas esquinas de piedra

que dejan resquicios para los vientos

y observan las rezongas de las calles

ateridas de frío.

Los pobladores enmudecen

ignorando esas luces apagadas,

olvidadas de dioses cansados

que no miran.

 

Desde una ventana mira el niño,

en apretado silencio, lo opresor

de las sombras que han llegado

repentinamente.

Caen las hojas como los días pasan

y lo obligan a ser hombre en vida

a lo que no puede negarse; no obstante

el quisiera seguir jugando sus juegos

y ser niño.

 

 

De mi libro “De poemas que morían”. 2017 ISBN 987-4004-38-3