monique ele

CapitulaciĆ³n

A veces elijo torturarme-
solo por pasar el tiempo
cuando corre despacio -
clavar el dedo en mi propia llaga-
hundirlo muy profundo-
con quebranto-
El dolor es una bala
con orificio de salida-
desemboca en otra herida-
no redime-
contagia destrucción a su paso-
destruye lo destruido-
lastima lo lastimado-
aunque insiste
en dejarme viva-
la muerte también mata al dolor-
y el dolor presiente su pulsión de vida -
instinto de supervivencia-
el dolor entretiene al dolor-
le hace compañía -
el dolor distrae al dolor-
lo engaña -
Así recorro mi mapa de angustias
y me pongo a jugar con la tristeza-
jugamos al lejano Oeste-
somos vaqueros-
nos retamos a duelo-
y no tengo más arma
que esta gran herida vulnerable-
que insiste en pretenderse coraza-
así que el duelo es tan solo
un tiro al blanco-
y -por supuesto - yo soy el blanco -
La tristeza- aunque casi letal-
no siempre es amarga-
a veces sonríe al observar
mi pequeño y egoísta calvario -
las cruces de mis crucifixiones-
los nombres que voy enterrando-
La tristeza también es sádica-
como ese dedo que se cree bala-
como esa herida
que besa a otra herida-
y la cuida para que no sane-
Trae alivio pensar
que no necesito
atacar o defenderme
cuando estoy vencida-
no necesito edificar
sobre mis escombros-
no necesito exhibir mis ruinas -
ni convertirme en Ave Fénix-
Puedo ver
cara a cara a la vida-
sin ocultar que soy
este mapa de llagas- carne viva-
esta coraza vulnerable-
este Titanic sin violinistas-
el \"me negarás tres veces\"
de mi misma-
cuando el gallo ya no canta-
solo  escupe-
es la dosis de autocompasión
que necesito-
devastada y feliz
puedo mirar cara a cara a la vida-
mientras agito un pañuelo blanco
y le grito
que estoy aquí
y me rindo-
me rindo-

mónica laneri
febrero 2024