jvnavarro

Y EN ESTO UNA GRAN MEADA

 Solo Alberti escribió 

con muchas ganas

 hermosos poemas

sobre las meadas: \"Se prohíbe hacer aguas\"

y lo hizo midiendo su largaria

a sabiendas de que siempre 

hay alguien que gana.

 

Las meadas de los perros

son a una pata alzada,

las de los gatos y gatas

 agachados sobre serrín

o arena blanca

o allí donde les da la gana,

las de los elefantes

y rinocerontes

con efecto cascada,

la de los ciclistas encima de la barra,

la de los astronautas

si se les escapa

dan vueltas y vueltas 

dentro de la cápsula

que les sirve de morada.

 

Hay \"A Dios gracias\"

meadas de todas las clases,

frías y calientes, heladas,

y en las fuentes congeladas,

meadas que se beben,

la mayoría marcan 

y otras que se analizan

para saber como la salud marcha.

 

Meadas de pobres y ricos

de mujeres y varones, de bebés

de personas enamoradas y de solitarios

y de quienes se hacen encima

en pañales y en la cama.

 

Meadas en las calles,

en las esquinas y en los parques,

en los urinarios de las casas, en las botellas

y en el agua de los ríos, de los mares y pantanos,

en las cumbres y en los picos de las altas cordilleras 

de nieve pobladas,

meadas como resistencia

y para cuando con un fusil 

en la cabeza te señalan.

 

Meadas de miedo

y de coraje también meadas,

meadas de niño y de mayores

de a quienes les falla la próstata,

de pobres enfermos

y de a quienes en sueño

sin saber de que va el asunto

se les empaña la mirada

y se dan cuenta de que encima

se han hecho aguas.

 

Con una meada este poema se acaba,

para cuando esté publicado

serán millones de meadas

las que nos sitúan en un planeta

con la tierra meada.

 

Como bien se dice por ahí:

 

Mea feliz, 

mea contento, 

pero sobre todo,

 mea dentro.