CONFESIONES DE UN CORAZÓN DESESPERADO
Las palabras de amor ya no resuenan como antes,
La pasión y el cariño, en ti, parecen distantes.
Una vez más, recuerdo como nos fundíamos en el deseo,
Donde tu cuerpo y el mío en el silencio se volvían un solo ruego.
Las barreras que levantas gritan tu indiferencia,
El eco de tu silencio es una orquesta de ausencia.
Me llamas cobarde, por dejar mi mundo atrás,
Mas sólo trato de encontrar la ruta que a tu amor me traerá.
Cobarde sería no decirte lo que anida en mi pecho,
Cuando te amo de una forma que trasciende al intelecto.
¿Qué necesitas de mí como prueba de mi lealtad?
¿No ves que te entrego mi vida con humildad?
Cobarde sería tu silencio, que no se atreve a hablar,
Dejándome en la incertidumbre, en este mar de soledad.
El tiempo nos revela nuestras verdades a veces más crueles,
Errores que solo al final salen por sus cuevas y se vuelven fieles.
Perdóname por mi sinceridad, y la voz que no pude contener,
Por buscar algo de calma, por anhelar volver a ser.
En mí habita un sentimiento que crece y siempre será tuyo,
A pesar de que tu amor hacia mí, se haya sumido en el olvido.
Cobarde sería abandonarte, no luchar contra mi desespero,
Pero amarte es mi naturaleza, es lo que guardo muy adentro.
El tormento que me asedia, en mi pecho está rasgando,
Al saber que en ti, el amor hacia mí, ya no está habitando.
Confieso mi tristeza, este vacío insaciable,
Cada día es una lucha contra algo inevitable.
Sé que no me brindas esperanzas, ni razones para soñar,
Pero aún así, con fe, no puedo dejar de esperar.
Autor: LUÍS ∆P∆Z∆ H. Alías: Corazón Bardo
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