Carlos Hector Alvarez

A mis hijas

Ani, Grey, Stella, mis hijas,

sus nombres van por orden

de aparición, de acuerdo

a como la cigüeña me las trajo.

Porque Dios en su sabiduría

me las mandó gota a gota,

para que no me mate el alegrón,

pues, por duro que sea mi corazón

no habría resistido la llegada

de las tres, unidas por el cordón,

A esta altura de mi vida,

agradezco a Dios, porque la felicidad

que me acompañó en mi largo recorrido,

lleva grabado sus nombres,

a ellas les, debo todos y cada uno

de los  momentos vividos bien

Cada una a su manera,

con su cariño y  dulzura

son las flores más apreciadas de mi Edén

Llegaron con su ternura y amor

para llenar los huecos profundos

que abrió el destino, en mi corazón

Hoy con su constante presencia

 cubren los vacíos que dejan en mi vida

los seres muy amados,

a los que Dios lleva a su lado.

Mis largas horas de soledad,

no son tantas cuando no están conmigo,

porque las recuerdo en todo momento.

y no sufro, desapego ni desabrigo

Les debo además  el plus

de sus hijos, mis nietos y bisnietos

que vinieron al mundo,

para llenar mi cartón