🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮

Carta final

Carta final

Sentado y con lágrimas hoy destapé tu carta
después de dos veranos con ansias, frente al mar.
Allí, donde decías: ¡contigo no habrá cuarta
ocasión, ni tercera, para aprender a amar!

Mas descubrí los planes y todo se deshizo,
y en ese día puse cerrojo al corazón;
yo quise darte flores y a ti te satisfizo
los besos del amante que hallaste en la estación.

Ahora que suplicas que pronto vaya a verte,
que tome del silencio palabras para ti...
acá mismo te digo que no creo en la suerte,
ya basta de mentiras, a ti, ya te perdí.

Si llegan estos versos de forma tan incierta,
espero y así entiendas que pronto  te olvidé...
no creas en las sombras, pues esas ya están muertas;
mejor sigue el camino, jamás pierdas la fe.

Si dije que he llorado, tal vez y por agravios
lo haga. Concretamente vivo, sin ti, muy feliz;
porque fueron amargos los besos de tus labios
así, como un ruin dardo causando cicatriz.

¿Qué ha sido de tu amante que ahora estás que lloras?
¿Qué ha sido de aquel hombre, divino soñador?
¿Por qué vienes diciendo, diciendo que me adoras?
¿Por qué y te justificas que mueres por mi amor?

No entiendo nada, nada, no sé porqué lo haces;
la luna no es de oro ni el sol lo es de cristal.
Ya destapé la carta, ¡qué bien que te complaces
plasmando mil palabras del palio terrenal!

Tú fuiste una de aquellas, yo siempre he sido el mismo
y existe una frontera que nadie ha de quitar:
yo ando en lo parejo, tú sufres el abismo
y solo es la Palabra; la reina del hogar.

He escrito esta misiva para decirte honesto
que el tiempo y el olvido jamás llegan al fin...
no escribas más palabras, acá te entrego el resto
al son de la guitarra y al ritmo del violín.

La que se va, se olvida. La que regresa, inmola.
En ellas se difunden los versos del senil;
y ruge el buen cachorro, la dama sigue sola
así, finge la carta, carroza de marfil.

Termino acá la carta, pero también te digo
que aceptes la derrota, ¿qué más puedo ofrecer?
Ya... ya estás con otro hombre y ahora soy tu amigo
¡cómo me duele el alma ya no poderte ver!

                                      Samuel Dixon