FRANCISCO CARRILLO

nacido de otros.

Debo la vida a mi padre

el me la dio, trozo a trozo

montó mi cuerpo con otros

y a mis venas, dio su sangre

formó mi cara a pedazos,

cosiéndolos uno a uno

y le dio forma a mis brazos,

uniendo trozos de carne.

Mis piernas no son iguales

una es mas corta que otra,

y en la espalda se me notan

cicatrices y señales.

Mis ojos, de un asesino

las uñas de un condenado,

de un ladrón, son mis oídos

y de un borracho, mis manos.

Debo la vida a mi padre

nací un día, de repente

desperté con la corriente,

sentí la vida en mi carne

pero no debes temerme.

Mi aspecto no es delicado

y mi olor es algo fuerte,

he nacido de la muerte

con desechos olvidados,

el consejo que me han dado

que me esconda de la gente.

Usaron para mi cuerpo

restos de seres malvados,

mi corazón y mi mente

de un buen hombre los usaron

por eso Dios me ha creado,

aunque nací de la muerte.

Ahora ya me conoces

y así me muestro y me veis,

me pusieron como nombre

el hijo de Frankenstein,

pero soy hijo de un hombre.

No es esta vida un secreto

ni tan extraña tampoco,

hay monstruos con buen aspecto

que dan mas miedo que otros,

yo nací de muchos trozos

y vivo con este cuerpo.

Es de noche que me muevo

y me escondo tras las puertas,

mis heridas son abiertas

pero no sangran, no puedo

llevo empalmes en las venas.

Soy parte hombre, parte ogro

y con aspecto macabro,

tengo el cuerpo remendado

con varias partes de otros

así, es como me han creado.

Y ahora que ya lo sabes

no temas, no te haré daño

mi corazón, mi cerebro

eran de un hombre bueno,

los demás trozos del cuerpo

no debes hacerles caso.