En un rincón del alma donde el silencio habla,
nace la dulce imagen de Johana, tan clara.
Con la luz de la luna en sus cabellos danza,
y en el brillo del día, su sonrisa se plasma.
Es Johana belleza que en el tiempo no pasa,
es un verso perfecto que el poeta entrelaza.
En sus ojos se esconde la profundidad del mar,
y en su andar, la elegancia de las olas al quebrar.
Cada paso que da, es un compás que encanta,
cada palabra suya, una melodía que canta.
Johana, mujer de sueños, de esperanza y amor,
en cada corazón deja su inolvidable sabor.
Como flor en el campo que al viento se mece,
su presencia en el mundo a todos enriquece.
Johana, nombre que en el aire se dispersa,
como un eco suave que en la eternidad se inserta.
Mujer hermosa, de alma pura y sincera,
Johana, tu nombre es
poesía que se venera.