Raiza N. Jiménez E.

Divagaciones Paternales.-

 

Y tanteando los recuerdos, me encontré,

terciando la pluma y papel, para escribir.

Al comenzar a pensar, ya más, no vacilé.

Ya tengo claro que, de eso, no voy a vivir.

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Por momentos, oigo la voz de mis padres.

Josefina, esta niña vive abstraída de todo.

Hay cosas del hijo que, solo sabe la madre.

Mirá aquietate, estoy con Ella, codo a codo.

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Y no me vengáis a decir que, jamás estudia.

Esa criatura, no tiene descanso y ni amigas.

Y si está cansada, en mis brazos, se refugia.

No hay un día que, vagueando, la consigas.

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Salta mi mamá, como una gacela ¡olvidate!

Quiero que tengáis claro que, son mis hijos.

Mijita, no les haré daño si ya, tiré el mecate.

Lo que deseo es que mis hijos, sean prolijos.

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Entre dimes y diretes, pasó ésta, su infancia.

Al mirar atrás, me sorprendí con la tristeza.

Mi mamá era liberal y mi papá de militancia.

Hoy veo que, a ambos, les faltaba la sutileza.

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¡Al final, Ella decía: su Padre es el: San Nicolás.

Y Él, su Mamá es terca, no dará un paso atrás!