Max Hernandez

Estuvimos juntos


Vaya problema!
No sé puede seguir con la cirugía. Hay fallas en el papeleo, el dichoso papeleo que siempre, siempre causa más y más problemas


Pero, en todo el tumulto, en todo ese caos ocasionado por la torpeza o ineficiencia de alguien, en medio de todo eso, yo sonrío


Es cierto, se va a demorar el inicio de un procedimiento que tranquilamente podría esperar a mañana, pero estos eventos me regalan momentos memorables: estamos sentados, casi a ras del suelo, en una escalinata que hemos adaptado como asiento, y charlamos, de todo y de nada, y ries, y tú risa me lleva a los cielos e infiernos y me trae de nuevo de ellos en un vaiven de emociones y sensaciones que me atrapan por completo...


Siento tan cerca el calor de tu cuerpo, a pesar de que estamos cubiertos de pies a cabeza con la indumentaria de sala. Tú presencia me embriaga, quiero que este instante sea eterno.


Está solucionado el problema. Nos preparamos y empezamos. Es cierto, tú no eres del equipo quirúrgico, pero te quedas, y yo, yo feliz de que no te hayas ido.


Todo bien. Terminamos sin inconvenientes, solo bastante más tarde, ya es el siguiente día, y los pasillos del hospital están vacíos. Cómo me gustaría prolongar esta fantasía etérea para toda la vida! Cómo quisiera que continuasemos sentados juntos en esa escalinata, hablando divertidos de tu vida, de mi insignificante vida, y de mil y una cosas distintas , siempre con tus risas irreverentes y tus frases ingeniosas.

Cuánto quisiera yo....

Salimos juntos y te llevamos a tu casa...
Despierto de este mágico pero real sueño, el camino a casa no lo siento, pues voy feliz, voy contento.


La sonrisa en mis labios no se ha borrado desde desde aquel maravilloso instante etéreo 
No hubieron caricias, abrazos ni mucho menos besos, pero si hubo un mágico, aunque fugaz momento en el que te tuve a mi lado, y en el que, dichosa, te reías...
Cómo adoro tus risas! No sabes el delicioso hechizo que producen en mi corazón y en mi alma tu voz que a veces parece perversa, tus ingeniosas respuestas, y la forma en que, a veces, creo que muy divertida, en el que a veces me miras...


Te amo tanto, que me gustaría protegerte del mundo entero, de todos los malos, y pelear por tu felicidad y que el universo todo pueda disfrutar de tu deliciosa sonrisa, y de tu risa, que a veces parece perversa, pero que en el fondo hechiza e hipnotiza...