jorge enrique mantilla

Me estoy enamorando de una mujer madura

*Me estoy enamorando de una mujer madura* 
Poema de *Joreman*
Me estoy enamorando de una mujer madura
No me importa, ni su cuerpo, ni su belleza, ni su figura
Tampoco me interesa qué opinen los demás, ni que la gente a escondidas murmura
Estar enamorado de una mujer madura, es encontrar una hermosa y acalorada aventura
Es adentrarme en cuerpo y alma en el mejor libro de literatura
O llenarme de bocetos, lienzos y pinceles, creando una diosa de pintura
Acariciar su cuerpo y presenciar del alma su ternura
No me importan sus enaguas, ni su vestido, ni como menea su armadura
Tampoco me fijo en sus montañas, ni en sus volcanes, ni en sus valles, tampoco me fijo en sus llanuras
Me estoy enamorando de aquella mujer, no importa que sea alta o baja su estatura
Sólo le veo su alma, su bella sonrisa y su acariciable dulzura
Presenciar su imponente caminado, en verdad eres toda una bella mujer, hecha de temple y hermosura
Acercarme y besar sus labios que cierran con pasión su comisura
Abrazar su cuerpo y perderme en la selva de su espesura
Escuchar la alegría que emiten sus sonrisas y la blancura de su dentadura
Estar al lado de una mujer madura, es sentir del aire los calores de su frescura
Me estoy enamorando de su envoltura, que arropa su bella y esplendorosa escultura
Estoy que ardo y prendo en candela y que me queme su pasionaria calentura
Es la pasión, frenesí, lujuria y que a mi corazón con ansias tritura
Estar enamorado de una mujer madura, es la fogosidad que rompe el lazo de su atadura
Es sentir del zancudo irreverente, que se esconde entre sombras el rasca, rasca, con delirio y efusión en su picadura
Es acariciar y recorrer su cuerpo bello como río caudaloso, que lleva sus peces a la desembocadura
Me estoy enamorando de una mujer madura, de su delicadeza, de su elegancia y su finura
Estoy que ardo en deseos y saborear del horno, su pan y que me queme su levadura
Me dicen que a mi edad, todo está perdido y que soy un hombre sin vergüenza, descarado y caradura
Qué sólo debo aspirar del arroz, el cucayo pegado de su raspadura
Pero qué hago, si mi corazón late apasionado por una mujer madura, que rompe de la camisa con emoción su abotonadura
Ahora sí veo a mi mujer madura, toda una bella y hermosa pasionaria seductora, como la más esplendorosa y maravillosa criatura.
Qué Dios guarde por siempre a la hermosa mujer madura, reina y diosa de los corazones y conserve con altura su figura.
*Joreman*
*Jorge Enrique Mantilla*
Bucaramanga marzo 19-2024