HECTOR FRANCO

La Abuela Jobita

Cria cuervos y... Ayer fue el velorio de la abuela jobita

Siendo sinceros muchos se acercaron por el pan dulce, el café negro y la cemita

Algunos asincerados dieron el pésame y palabras de consuelo

Yo, disfrutando de un pan dulce y unos sorbos de café oscuro sólo pensé en que abrió sus alas y emprendió su vuelo

 

Disfrutando de una cemita casera, elaborada con masa madre, horno precalentado con leña de roble

Me limité a observar y escuchar lo que entre pasillos se murmuraba

Quien no la conocía su dulzura adulaba y otras sacaban a relucir que era pobre

Otros decían que era hechicera y que por las noches en animal se transformaba

 

El velorio duró menos de lo esperado, quizá era histeria colectiva que le temian a la abuela jobita

Vino el padre del pueblo e hizo una misa rápida de cuerpo presente, oró por su alma y roció su ataúd con agua bendita

primero lágrimas, luego flores y después tierra magra, palada tras palada los sepultureros realizaban su labor

!Ay abuela jobita! si vieras tu sepulcro; Estoy seguro que te levantarías y a tus hijos sus plumas arrancarias. Una cruz de madera apenas lijada, con letras negras de tu nombre mal escrito, la fecha de tu nacimiento y tu último adiós adornadas con una marchita flor

 

a veces me pregunto ¿Qué hay después de la muerte?, cómo en estos casos

Para los muertos no sé, pero para los vivos...Como aves de carroña peléandose por los bienes  escasos

Yo no sé mucho de su vida, apenas si soy el primero de sus nietos

pero si de algo estoy seguro es que murió con sus ojos abiertos.