Amigos, casi al llegar a la meta… he caído en la cuenta,
de lo mucho que he caminado y de cuánto cuesta la vida,
pesa la falta de un padre, es una carga que duele como una herida
y a cada paso que das, más te lastima y el dolor aumenta.
El vivir solo sin padre es navegar en una eterna tormenta,
Con la nave ya sin velas, y a medio mar, sin una segura caleta,
Sin puerto de altura en el cual recalar, ni un muelle para atracar
Pero tu solo sorteas la cruel tormenta… sin marinos de experiencia.
Pero al cabo de los días y las horas la tormenta ya es tu amiga,
Te permite navegar y transitar por esa vil y cruel sociedad…
que se convierte en ese grisáceo mar, el cual puntual te castiga.
Pero nada dura para siempre, y casi al llegar al fin del viaje…
Parece que le sol saldrá, pues en el horizonte asoma con bondad
Señal que tu vieje ha terminado y solo pudiste hacer el abordaje.