Carlos Brid

¡Aún no me canso!

¡Aún no me canso!

Tal Vez no haya andado demasiado

mi fe me da fuerzas

y mi cuerpo es como mil astillas juntas

que nadan en la bruma de la duda.

Mis ojos son un paisaje celeste

que oculta los grises que no quiero ver

se esfuma de a ratos la segura llegada

y es verdad, a veces se aleja la costa

se hace un contorno de barro

inhóspito, sin verdes, sin nada.

-Pero yo aun no me canso!

sigo aferrado a la estela de luz del faro

la que ilumina un pedazo del mar nocturno

y escucho una voz, una aguerrida voz

y entonces, me aferro a esa voz

y le pongo al lomo de mi alma una montura

y pido que la duda no me traicione

y lo que vea siga siendo claro,

que nunca una noche duró una vida,

que los nidos solo se abandonan cuando nace,

la perpetuidad de la sangre nueva.

Tal Vez este estío que me abrasa y arrodilla

me desmaye en el asfalto caliente

y de noche cuando el fresco azul me despierte,

vuelva a ser una parte del todo.

No me canso…

Aun no me canso…

solo pienso

solo sigo

con el sosiego de la rebeldía,

con las venas vivas,

con la esperanza intacta.