Me dejaste ir
con los pies descalzos
y la mirada puesta en mi.
Me viste partir
hacia un mundo errante
en el que creí.
Caminos distantes
me llevaron lejos,
muy lejos de allí;
pero me esperaste
con la fe en el alma,
hasta que volví.
¡Señor!, ¡ábreme los ojos!,
para que yo vea
lo que hay en mi;
para que comprenda
que nada me aguarda
si es lejos de ti.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay