José Valverde Yuste

Me quedo

Me quedo con las personas que amando,

en nubes de algodón, sobre su sillón

de melancolía, aman  la poesía;

como el fuego ama a la astilla

devorando, absorbiéndola

cómo aspiramos el aire de la vida. 

 

Fuego rojo en negro te conviertes

cuando tu alma adormeces en tu cama

de paz y alegría

de calor y sabiduría.

 

Me quedo con las personas absortas

mirando la fantasía del amor en las esquinas

en los bares, en las iglesias

y en las cabañas del monte,

exquisitas, recónditas.

 

Me quedo obnubilado

mirando el universo que transita,

es nuestro techo de ilusiones,

de adolescente, cuando sueña 

con su niña, en su nido de esperanza. 

 

la belleza del alma,

la risa de la montaña,

el amor de la mina a sus mineros,

del campo a sus agricultores,

de la flor a sus jardineros,

de mi corazón a las letras, benditas;

me dan vida por la mañana,

cuando me levanto me esperan sentadas

para que componga con ellas bellas melodías.

 

Me quedo con el amor a nuestros semejantes,

con la bondad al caminante,

con la ayuda al necesitado,

con la bendición del sol y del aire,

que me dan calor y oxígeno 

cuando te espero en mi lago

de sueños.

 

Me quedo con las personas iluminadas,

con las que dan besos como soles,

con los te quiero por la mañana,

con un dulce amanecer

cuando me vaya