Cielo de noche

Imagino.

Imagino cuando llegas a tu hogar

y recibes ese beso de bienvenida,

tocas su rostro y sientes espinas.

Imagino cuando llegas con ese aroma,

esa sentencia atroz que te aprisiona,

tu vida sigue en un suplicio  que nunca termina.

Imagino cuando duermes a su lado,

pero tus ojos no se cierran,

y tu mente se pierde en otros destinos.

Imagino las palabras que has dicho,

las maravillosas historias que has contado,

y me pregunto cuánto de verdad hay en ellas.

Imagino lo que debe ser ir al paraíso

y aterrizar en tu propio infierno,

donde las llamas arden en tus manos.

Somos fieles uno al otro, pero infieles con el resto,

nuestro sentimiento encerrado en un pacto secreto.

El destino, cruel testigo de dos amantes,

que al despedirse viven esa fantasía

y entre palabras enlazan poesías.