jorge enrique mantilla

¿Ya para qué?

*¿Ya para qué?* 
Poema de *Joreman*
Estoy atravesando una edad, cargada de años y me dicen al oído, qué me aman, qué me quieren y que me adoran, pero con mis años, ya para qué?
A éstas alturas de la vida, lleno de arrugas, de canas desnudas en la calvicie, qué si me da pena y vergüenza, si ya nadie le interesa y de la hermosura, ya para qué?
Veo los jardines florecidos, llenos de rosas, orquídeas, tulipanes y margaritas, qué si la fragancias y sus aromas me enamoran, sí ya para qué?
Estoy atravesando un camino árido espinoso y polvoriento, lleno de enfermedades y calamidades, con llagas purulentas que arden, duelen y lloran, medicinas y tratamientos, ya para qué?
A éstas alturas de la vida, me tienen como un cero a la izquierda, todos me ignoran, me gritan estorbo de escaparate, los trabajos, comodidades y sudores del ayer, ya para qué?
Me dicen de reojo y sin mirarme de frente, qué me extrañan y del ayer algunos fervientes amores me añoran, pero las pasiones de hoy, ya para qué?
A éstas alturas de la vida, los desafueros y los desgastes sin medida, que que provocaron del ayer, hoy los achaques y los desesperos con ansias me devoran y las clemencias, ya para qué?
Ya todo me queda grande, ando todo escalzurriado y culichupado, las ropas me acaloran, la moda y el buen vestir, ya para qué?
Se esconden y detrás de mí, despotrican, chismosean y de mis habladurías en silencio y a solas rumoran de mi pasado y de mis anécdotas, ya para qué?
Andan detrás de mi corto y lánguido testamento, todos opinan, pelean y calumnian y con sus gritos ensordecedores me colaboran, las ayudas, ya para qué?
A éstas alturas de la vida, ya no se escuchan mis llantos, ni mis gritos, en la soledad se evaporan, las fuerzas no imploran y ya para qué?
Ya no hay torta, ni ropa, ni regalos, ni brindis y mis cumpleaños nadie conmemora, ya los años con sus tristezas deambulan, ya para qué?
Veo que ya bajaron de las paredes, mis condecoraciones, medallas y diplomas y a otros aflorecen y condecoran, los reconocimientos del ayer, el hoy, ya para qué?
Piden a gritos que les escriture mis propiedades, casas, cuentas bancarias y haciendas y de rodillas me imploran, a éstas alturas para que firmas, sí ya para qué?
Hasta la querida moza y amante, con su ardiente frenesí, pasión y lujuria, con su desnudez y pasión me ignora, sí el pabilo del delirio con su llamarada a estas alturas de la vida, ya para qué?
Los espantos, miedos, pánicos y temores, con las ansias de los engendros y otros espíritus malignos me devoran, demonios y fantasmas, ya no me asustan y ya para qué?
Se me está acercando la hora de partir y el entierro sin sarcófago, inerte y desnudo, un hueco en la tierra con una pala perforan, velorios, llantos y flores, abrazos y saludos, versos y el recital de mis poemas al muerto, ya para qué?
Qué importa, que la vida se me haya ido, si desperté odios, envidias, soberbias y rencores y de las traiciones que me arroparon, pero ya para qué?
Ya no me importan los políticos, ni los gobernantes, ni aquellas lenguas largas, ni corruptos, ni delincuentes, que a la mente y a la conciencia con crueldad maltratan y perforan, ya para qué?
Ya nada me importa, sí es de día, sí es de noche, sí es de atardecer o de amanecida, si mi vida con el paso de los años se deteriora, sin arcoiris, ni arreboles, ya para qué?
Nada me impresiona, ya nada me conmueve, he sabido vivir a placer la vida a mis anchas y los frutos del ayer, hoy son mi recogida y por doquier afloran, pero ya para qué?
*Joreman*
*Jorge Enrique Mantilla*
Enero 5 - 2024