Ya se fue la primavera,
ya no vuelve a florecer
y en la verde cordillera,
blanca nieve empecé a ver.
Caminando por la vera
comenzaron a caer
hojas secas en la acera
llegando el atardecer.
¡Cómo va de acelerada,
esta vida y sin parar!
Llegará la madrugada,
pero el gallo ha de cantar
con tributo a la alborada,
porque siempre ha de brillar.