Raiza N. Jiménez E.

El Quién Pudiera.-

Muchas veces, pensé, en la verdad de tu amor.

Pensé, así mismo que, podríamos encontrarnos.

De pronto lo repensé y creí, era un grave error.

Siendo lista, yo no creo que, podamos amarnos.

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Oí, tu voz demandando y, lo consideré de terror.

¡Dios! tuve impulsos tan raros y, por eso te evité.

Cierto, pensé qué haría, cuando pasara mi furor.

No traiciono, a mi instinto, por ello, nota te envié.

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He tenido envites, pero sé que, llevan al infierno.

Es para mí, cierto qué, cuando ando ida, me caigo.

No me extasío y, respeto mucho, a mi ser interno.

Me limito a observar todo y cuido lo que yo traigo.

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¡El quién pudiera, es loa de quién desea: lo puede.

 El que no lucha, por su Ser, que en casa, se quede!