Si no me amas, no hieras mi razón,
no desgarres las fibras de mi pecho.
No añadas más dolor a este desecho,
tú que sabes que eres mi única misión.
No me hagas eterno reproche, aflicción,
pues mi ser no merece tal despecho.
No des a mi alma ese duro estrecho,
que sólo armará más desconexión.
Si no me amas, no me lastimes,
pues, mi corazón ha sufrido bastante,
no añadas más cadenas a mi tormento.
Déjame en la paz de mi propia desnudez,
no me duela más, no seas arrogante,
que no soy digno de nuestro odio, aliento.