Hugo Emilio Ocanto

*** Una vieja carta de amor *** - Poema - - Autor e intérprete: Hugo Emilio Ocanto -

Una vieja carta de amor

\" Y siempre, siempre, a tu lado estaré.

sabes que sin ti no puedo vivir,

el saber que vendrás a visitarme,

las horas se me hacen interminables.

Mamá sabe que llegarás, y ya está

comenzando a hacer menús para agasajarte.

Es una divina.  Ha aprendido a quererte mucho,

no tanto como yo, por supuesto,

porque yo no te quiero, te amo,

tanto te amo, que mi vida daría,

si tuviese que hacerlo, por ti, todo,

tú eres el hombre que me ha de llevar 

al altar dentro de muy poco tiempo,

y yo gozo ya de felicidad,

con sólo pensar que al fin hemos

de estar unidos para siempre...

Dentro de unas horas, estaremos

nuevamente juntos... y ardo de deseos...

Bueno, tú sabes a cuáles me  refiero,

no quiero ser impúdica en una carta,

lo seré personalmente, y en la cama,

como a ti te gusta... te haré, como siempre,

todo lo que tú me pidas... lo que más te guste...

Tú sabes cuál es tu mayor placer sexual,

y yo muy bien lo conozco,

y el sólo pensarlo, ya estoy excitada...

Te espero, mi amor.

He de ser toda tuya, para siempre.

Con todo  mi amor: \"tu\" Beatriz\".

Beatriz... \"mi\" Beatriz, esta fue la

última carta que recibí, tuya...

Día tras día, leo esta carta...

y no puedo evitar llorar,

no puedo amor,

ya han pasado cuatro años...

Al recibirla, estaba yo preparando

mi valija, para ir hacia tu encuentro.

Partí de casa, y cuatro horas después,

llegué a tu casa, encontrando a tus padres

y hermanos llorando...

Habías salido corriendo

desde tu casa a comprar unas flores,

al volver con ellas, un vehículo

venía a una acelerada velocidad,

te atropelló, y esas flores que traías,

cubrieron tu cuerpo yacente.

Amor, ya no existes, has partido,

y yo he quedado con mi alma destrozada.

Te sepultamos, y muchos días te lloramos.

Tus padres, tus hermanos y yo.

El conductor del vehículo, comentó

que sí, venía a alta velocidad,

pero al cruzar el semáforo estaba en verde,

y que tú fuiste la imprudente

al cruzarlo corriendo estando en rojo.

Varios vecinos lo atestiguaron.

Corriendo... venías corriendo para colocar

un adorno más... flores para tu novio

que ya estaba por llegar...

Y fui yo el que ese día fue a encargar

una corona de flores, para que colocaran

al lado de tu féretro...

¡Cruel destino, maldito destino!...

Leo y releo tu última carta de amor...

aún no tengo consuelo el haberte perdido,

sólo Dios sabe hasta dónde llega mi amargura...

Aquí sentado estoy...

leyendo tu última carta de amor, mi amor...

Todos los derechos reservados del autor( Hugo Emilio Ocanto - 20/05/2013)