Sucré Amer

RENACIENDO...

En el melifluo trazo de aquel recuerdo,
la dulzura de un tiempo se ha perdido
la flor de nuestro amor en un latido
se marchita gélida y sin clemencia;
pero mi alma triste y  descolorida 
en un vasto jardín ya marchito,
donde yace este amor sin resistencia,
enlaza solitaria  sin más presencia
amargamente llora al infinito.
Y así en la tristeza, unas letras cobran vida
un desamor que en los versos  despliega
la dureza del dolor que nos olvida.

Mas, la resiliencia en el alma juega
renaciendo de cenizas, sin medida.
y he ahí:
¡Una flor nueva en la vida que se entrega!