Diotima

Lo que no tiene nombre

Si el poema es un diminuto reloj

de la arena que corre

yo ya no quiero saber si en el sueño o la realidad

de qué vigilia

ni porqué te he desencontrado tantas veces

ahora que está a punto de tensarse la soga

y lo que tenga que decirse está en la punta de la lengua

o de los dedos que teclearon estas líneas

o en tus pestañas

o en lo que corre y se calla y no tiene nombre