Transito por este sendero, en busca de
algún destino sin nombre definido.
En esencia,
persigo un rastro,
y me encuentro con esquinas
que se escabullen del esquema de las palabras,
su potencia en lugares inesperados.
Porque el temor a la soledad acecha,
la memoria resurge
desde aquel sitio casi irreal.
De juegos inconclusos,
pues la paciencia se escapa en lo supuesto.
El regreso es una incógnita,
la historia no se escribe en pasados.
Laberintos y fuentes,
piedras que el vendaval ha martillado
y convertido en polvo efímero.
Vientos que reemplazaron símbolos,
canciones de bestias errantes
que resuenan en la soledad.