alicia perez hernandez

Adiós…  ¡Despedida!                 

Adiós…  ¡Despedida!                                 

Amar duele cuando eres tu quien da todo

y anhelas ser amada,

anhelas esos abrazos, esos besos,

deseas la ternura… el cariño

que crees haber encontrado en ese hombre.

Y sueñas con ese amor de madrugada

y dices estoy enamorada!!

Y cuentas con delirio tu amor a todo el mundo.

Empiezas a escribir versos de amor...

empiezas a soñar con ese amor idealizado.

Con júbilo empiezas decir ¡Sácame a bailar!

y formas siluetas en tu mente amándose.

Y le escribes diciéndole… ¡No me dejes ir!

sin embargo se va sin decirte adiós.

 

Adiós a tú amor de fantasía, adiós a las siluetas en el aire.

Adiós a los te amo y adiós a los te quiero adiós al amor.

Se secaron las rosas… Se fueron… Los mariachis…

y la melodía que yo bailaba pegadita a él no la sintió.

Ya no escucho su corazón latir de amor por mí. ¡Nunca latió por mí!

¡¡Triste despedida de un amor que nunca empezó!!

las flores eran de papel… El mariachi nunca llegó.

todo estaba en mi mente… En su corazón ¡nunca estuve!

fue una fantasía ese amor que jamás se concretó.

Hoy me visto de luto porque ese amor para  ha muerto.

Y mi corazón llora por un amor que existió solo en mí.

Ahora mi corazón sangra pero sé que un día te olvidaré.

Si no es ahora será algún día, hoy te quiero menos

Y te pienso menos, lloro menos cada noche que te recuerdo.

Pude amarte toda la vida pero me cansé de esperar que me quisieras.

Espero que te sientas tan sólo igual que me siento yo sin ti.

Un día pensé que te haría tan feliz y que nunca volverías con esa mujer.

Pero el perro siempre vuelve a su vomito porque le gusta recalentado.

¡¡Tantos abrazos nos dimos y acabamos por no extrañarnos!!

 

Alicia Pérez Hernández… México 
No es la pluma la que escribe, es el alma 
Todos los derechos reservados©

Es más fácil que te vuelva yo a querer a que te olvide...

Espero encontremos en la otra vida y ya me hayas perdonado!!

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
 
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
 
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
 
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
 
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
 
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
 
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
 
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
 
mi alma no se contenta con haberla perdido.
 
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
 
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
 
POEMA 20 POETA PABLO NERUDA