Si no hay luz, no hay sombra

 Él regresó tarde a casa cuando

 la luna se desvaneció,

mientras ella permanecía dormida

 y no quería molestarla.

 A lo largo del día no se sintió

 la presencia de la madrugada,

después el atardecer estaba

 en estado de tranquilidad,

pero el sol estaba en desequilibrio

 a punto de desaparecer.

 A pesar de que no sintió la voz

 de ella en ningún momento,

él volvió a salir como era habitual,

 sin despedirse.

Más tarde, regresó

 casi a la madrugada

y antes de llegar miró al cielo 

buscando la luna,

se dio cuenta de que las estrellas

 brillaban más que nunca.

 Al abrir la puerta, había una nota 

pegada que indicaba

\"¿cuándo llegas?\"

Luego él entró al dormitorio, 

se sentía incómodo susurrando

su nombre anunciando

 que está de regreso,

pero ella le dio la espalda 

y solo escuchó un silencio

de su boca encantadora.

Se encontraba como 

incierto en un desierto,

cauteloso caminó 

por toda la casa

 porque percibía

una presencia que 

flotaba en el aire.

Era incapaz de encontrar

 una solución que lo iluminara,

no estaba convencido 

de quién era ella,

 pero fue capaz

de quedarse dormido en el sofá

 en un tenso silencio,

apresurándose a soñar.