Por tus ojos, me muero.
En tus deseos, me enredo.
En la oscuridad llego, para perdernos en el deseo.
Deja que el tiempo pase, no nos preocupemos.
Somos tú y yo, y bien nos conocemos.
Deseos incandescentes que palpan vuestras manos,
Entre el encuentro consumado,
De deseos incontrolables que en mí has provocado.
Calma brisa, rosa vuestras pieles, impregnando amor, rosas y mieles.
Allá en ese lejano universo, existimos sin saberlo,
Nadie puede vernos y fundiremos nuestros cuerpos para ser eternos.
Allí, en lo íntimo me pierdo, nos perdemos,
Gozando plenamente sin detenernos.
Confundidos de ansias, desterramos la noche,
Hasta el salir del alba con tu amor que anhelo,
Tus palabras no dichas y tus labios sedientos con tu mirada eterna.
Deja que el tiempo pase, no nos preocupemos.
Somos tú y yo, y bien nos conocemos.