Annabeth Aparicio

Clemente Althaus

Tú eres el dulce poeta triste

arrancas las lágrimas de terneza

en el llanto puede haber belleza;

el clamor del afligido fuiste...

 

Qué tendría tu pluma, adolorida

desde las huellas de la infancia

añorando la luz en la distancia

¡La dulce expresión de tu herida!

 

Faro de lumbre, tu alma, Clemente

que ilumina el sendero del doliente

que arruya al niño que llora...

 

Tanto tu risa como tu llanto mora

en cada alma, en la tierra nacida,

un amor que llora, ¡Así es la vida!