Moisés Sánchez

Me acorde de ti.

Con la presión del tiempo escribo lento,

te pienso, te fuerzo a salir de mi pluma y momento.

Te amé como ninguna,

y sin más, ahora ya no te desprecio.

Ya no te siento.

No te quiero.

 

Puedo mentir al espejo,

a mi madre, al viento,

pero no al tiempo.

Sabe que ahora le pertenezco,

que en tu vaga sombra ya no quepo.

 

Incluso el deseo suele ser traicionero,

me seduce con tu recuerdo de tenerte desnuda en alma y cuerpo.

 

Y me dice conocer,

cree que así me va a convencer

de beber de tu sudor

y recitar tu nombre

a cada emoción de alegría o fervor.

 

¡Iluso!

 

Soy tan yo,

que me rompí todo para estar hoy así: Feliz.

Destruí el miedo de verme así, sin ti.

Queme todo beso qué dejaste aquí.

Corté de mi piel cada caricia,

no quería que echara raíz

el que duela no tenerte,

tanto así que probé oler cada flor nueva,

no importa lo distante del jardín...

 

Me he esforzado por ser un atleta

de la pluma y la hoja. 

Te escribí mucho,

varias noches por horas,

24 lunas llenas

6 tequila ocho

y un par de marlboro después

mírame...

Me acordé de ti.