A diario tu nombre me persigue sin descanso, ocupa todo el espacio de mis pensamientos, esa dulzura que brotaba de mis labios al nombrarte, hoy solo queda en un eco vacío en mi sentimiento.
El exquisito perfume de tu piel dorada, ya no lo siento en el aire que respiro, en otros brazos he buscado consuelo, y de mi corazón vas dejando de ser la dueña.
No te menosprecio ni por un segundo, porque sé que fuiste el amor de mi vida, un recuerdo imborrable que guardo en mi alma, y que me duele como una herida mal curada.
No vuelvas a mi vida, por favor te pido, ya he aprendido a vivir sin tus caricias, y aunque busco en otros abrazos el sosiego, sé que nadie podrá reemplazarte en mi corazón.
La tristeza me acompaña a cada instante, y la melancolía se adueña de mi sentimiento, Convivo con el vacío que dejaste en mi vida, y la desesperanza de no volver a tenerte.
Aunque así sobrevivo, mi corazón aun late por ti, y en mis sueños, todavía te busco desesperado, anhelando que algún día vuelvas, y llenes mi vida de nuevo con tu ternura inmensurable.
Pero mientras tanto, seguiré aquí, recordando cada instante a tu lado, y guardando en mi corazón los momentos felices, que un día nos hicieron sentir tan acaramelados.
Autor original: Elias Lucas