Cuando los días se vuelvan eternos
y el peso del tedio nuble tu ayer,
no ves un futuro en tiempos modernos,
nace la duda: ¿Parar o crecer?
Existe un lugar que salta esta brecha,
una dirección para no volver:
“En la segunda estrella a la derecha
y de ahí... recto hasta el amanecer”.
D.R.