Antonio Leyva

Y te extraño y Son las doce

Pero cuando se acercan las doce,

me acuerdo de acordarme de ti

y entonces intento dormir,

mas tu recuerdo es invasivo,

Y ya como a la una, la vida duele.

Y a eso de las tres,

después de agotar todos esos poemas que te dediqué,

y de escuchar esas canciones que escribieron para ti

esos artistas que no te conocen,

por fin pretendo conciliar el sueño.

Pero el sueño está lleno de ti,

y soy feliz hasta las seis.

Luego el café me recuerda

que ahora sólo eres recuerdo.

No fuiste, eres.

Aunque durante el día no seas,

con la rutina y diligencias

un tiempo te desvaneces.

Tiempo desmemoriado,

tiempo rehén,

tiempo oportuno.

Y te extraño y te imagino,

porque  ya serán las doce.

Y yo a las doce te recuerdo,

y recuerdo recordarte.

Inconsciente te recuerdo.

Y te extraño.

Y son las doce.