Darío Melgar

Yaraví I

Te alejaste de mí,
sin siquiera despedirte,
¿acaso es el fin?
Hora de rendirse.

Mi bonita amada,
cruel tentación fuiste,
aciaga la hora
donde un beso me diste.

Mas mi corazón,
guarda tu recuerdo,
amor efímero,
yace en desvelo.

Si por largo tiempo,
fuiste mi anhelo,
tu amor ya no existe,
cruel el tormento.

De tu sonrisa espero,
no volverla a mirar,
desdichado consuelo,
no quiero enamorar.

Pues cruel y severa,
me resultas ya,
encenderías la hoguera,
y mi corazón a quemar.