La mujer se mueve a través del mundo, ha extendido sus alas
y muestra su felicidad con una sonrisa.
De su espíritu brota una fuerza interior capaz de expresar
inquietudes y conquistar nuevos retos,
se enfrenta a la verdad sin cortapisa, y lucha por conseguir un puesto
en la sociedad acorde con su deseo y esfuerzo.
Ha aprendido a no retroceder frente a la adversidad que
tanto en épocas pasadas, como en la actualidad : (techo de cristal, menor salario)
impiden que alcance mayor proyección.
Está dispuesta a enfrentarse a los estereotipos y no persigue la perfección, aunque
la sociedad esté empeñada en mostrar dominio sobre su imagen.
Busca la conexión con la naturaleza para encontrar una paz que le permita escuchar
el sonido del mar, el canto del ave cuando revolotea sobre los árboles para extender
sus brazos hacia el infinito.
Se siente bella y abraza su sexualidad, a pesar de que los surcos de su piel recorren
la huella del tiempo, porque ha descubierto el poder sanador del amor a sí mismo,
y la fortaleza de seguir luchando en lo que cree y destruir la trama que acompaña
al miedo, y lo más hermoso, ha aprendido a alzar la voz a la hora de defender
sus derechos frente al silencio.