Pablo R.

DE VIERNES A LUNES

Era flor tempranera,
esas que aparecen con el deshielo
al llegar la primavera,
hambrienta de rocío,
sedienta de sol,
de calor del estío.
 
Era la luna,
jugando entre los tilos,
corriendo por el monte,
abrazándose al río,
espejo en la laguna,
en el mar estela,
de diamantes y zafiros.
 
Era un poema,
descansando en el lino,
libro abierto que el poeta
en su insomnio había escrito,
con tinta de madreselva
entre puntos suspensivos.
 
Era noche y era viento,
era efigie imperturbable,
inmutable en el tiempo,
de mirada penetrante,
rostro potente y altivo,
fina porcelana,
oro, plata y vino.
 
Era mi amante de viernes,
la más bella que he tenido,
mi amiga era de sábado,
la que mataba mi hastío;
mi novia entre comillas
en las tardes de domingo,
un lunes me dijo adiós,
sin pretextos ni testigos,
se fue siendo poema
de amor, nostalgia y olvido.
 
-. PaR
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01032023