Alejandro Torres Rodriguez

El vaquerito

Roberto fue un joven campesino

Ágil, de andar ligero

Se forjó bravo su camino:

Pues de los rebeldes era mensajero

 

Presumió sus pies desnudos 

Como Espartano guerrero

Pero Celia los vio huesudos

Y le regaló una botas de vaquero

 

Mas no le bastaba una vida no agitada

Como simple recadero

Tenía alma de diablo encarnada 

Y decidió encarar al che el muy bandolero 

 

Yo quiero combatir le gritó

Tengo la fuerza y la pasión

No me verá morir exclamó

Puedo disparar y asaltar como en la televisión

 

Audaz y certero 

Sin conocer el miedo ni la huida 

Iba siempre de primero

Así era el líder del pelotón suicida 

 

Había tomado su decisión el capitán

Se marchaba en la invasión a occidente

Iba a hacer lo que otros no harán

con el pecho rumbo a las balas, desafiando a la muerte.

 

Estaban ya en Santa Clara 

Combate feroz y ardiente 

Y él osado como siempre

En busca de una posición de ventaja

Alzó su torso pudiente 

Y una bala le impactó en la cara

 

Se acerca agitado, un soldado con el rostro descompuesto 

Ernesto, comandante, se nos ha muerto Roberto

Guevara, sin dar crédito al ultraje:

¿Qué pasa compañero?

No entiendo ese mensaje 

Comandante no es broma, lo dije y lo repito 

Se nos fue el vaquerito 

 

Fue todo tan confuso, inesperado 

Un hecho ajeno a la realidad

El che anonadado

Lleno de perplejidad 

de lo peor que a pasado 

Exclamó: Una vil atrocidad 

¡No es uno, sino cien hombres los que han matado!