José Luis Barrientos León

Divagando

 

Me basta tu mirada,

para vestir todos mis sueños,

como llovizna caída de la majestuosa montaña,

desciendes por mi piel,

desprendiendo el antifaz,

liberando mi rostro,

en la clara mañana,

bajo el umbral de tu misterio

 

Yo te esperé en los siglos de las olas

que guardaban tu rostro,

sobre aguas y arenas,

de infinitas espumas

que detuvieron el aire

para atraparte en mis manos

 

Te soñé, con mis ojos abiertos

descendiendo con el viento

como sonrisa de nube

abriendo el mar con tu canto y tu aroma

para naufragar en tu vientre

como oleaje de azul entreabierto

 

 Mis manos detuvieron el tiempo

porque todo era espera

porque todo era ajeno,

y la vida huía entre los dedos abúlicos

desprendiendo las flores

que guardaban tu imagen

 

Me basta tu mirada,

para acabar con la ausencia

para colorear las arenas

que esperan tu cuerpo

bajo la noche de anhelos

en un mar de luceros