julio de guernica

Cada noche

Cada noche, despacio al acostarte,

transformado en espíritu te acecho,

temblando en los temblores de tu pecho,

hasta el rojo capuz de su estandarte.

 

Para rendir tu último baluarte,

por todos los rincones de tu lecho,

conduzco mi navío hasta tu estrecho,

ya listo su espolón para abordarte.

 

Elixires de todos los sabores

se impregnan en mi boca, cuando escancia,

tu dulzura exquisita y la abundancia

 

del milagro hecho néctar en tus flores;

que ahogan mi pasión en su fragancia,

y en el alma me imprimen sus colores.