clonariel

JUVENTUD

Sol, agreste plenitud y tu.

Torbellino sediento tu mirada

y un río confuso tu boca.

Nosotros dos en la tarde blanca

como recién engendrados

en el tibio regazo de la nada.

 

Todo el dia entre tus brazos,

descubriendo, prístinos,

el amor de lo inmenso

y el placer de lo ínfimo

bajo el cielo inalterable

entre lo leve y lo íntimo.

 

En este aire diáfano

oscuro es tu cabello, mis manos

enrédanse en la lenta noche

de tu cabeza y al amparo

de tu frente caen mis besos,

querubines alados.

 

Quisiera quedarme contigo

hasta que la muerte nos halle

en este conjuro sereno,

y seámos los dos una sola sangre

en la plenitud del espíritu

y la libertad del instante.

 

Bajo iguales árboles la eternidad

nos tendrá lista su dorada cuna

cuando el viaje de esta vida

culmine inevitable y surga

sólo la luz y el silencio,

y desaparezca la última bruma.

 

Pero la tarde es muy dulce

para las cavilaciones y el amor

es inmenso como el firmamento.

Quiéreme sin dudas ni amargos

temores con tu corazón

y mis besos, tu, tesoro anhelado.