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\"La virginidad. Santificada sea la virginidad.

El concepto de la pureza,

de la inocencia,

toma la forma de un aura blanca alrededor de tu silueta,

descaminando del pecado,

de la lujuria, 

de la codicia, 

del hambre.

Despiadadamente sea castigado aquel que la deshonre,

¡Que la impiedad encarcele tus terribles daños!

¡Morid, vosotros que manchéis el regalo tan bello que nos concibió el señor!

 

Rezo a Dios, rezo fervorosamente, apasionadamente,

Padre nuestro que está en los cielos, 

¡Ilumine mi espíritu! ¡No permita que estos pensamientos sacrílegos continúen con vida! ¡Prometo no convertirme en esclavo de la carne!

¡Prometo no saborear el fruto!

Prometo pactar mi voto de castidad,

proteger y no dejar marchitar,

el santo lirio blanco,

que me ha concedido la Inmaculada Concepción,

¡Cuán célibe, creemos que eres Virgen!

Devota de tu sabia firmeza,

que ningún desliz, hasta el más erótico,

puede derruir.